jueves, 12 de febrero de 2015

Cuentos para desmentir II

 Hubo un tiempo en el que los espejos no habían sido inventados. Hombres y mujeres solo podían ver su imagen reflejada en un agua quieta.
Ahora, en la década de los selfis, descubrimos, o mejor dicho recordamos que no somos exactamente la imagen que el espejo refleja, sino la que nos devuelven nuestros semejantes. Arduo trabajo  el despertar de la mente.
No se pueden explicar estas cosas, porque tampoco se pueden entender. Por eso los chinos de la antigüedad, que eran muy sabios, jugaban al despiste con la razón, , y se inventaron este cuento:





Mantén bien limpio el espejo, pero sobre todo
¡cuidado, que no se rompa!

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